sábado, 25 de julio de 2015

La historia continua

"África cogió el autobus de la línea 3 que le llegaría a casa. Mientras miraba por la ventana como pasaban tras ella los edificios de la ciudad notó un sosiego y una felicidad cuando recordaba la tarde que había pasado con Dani.
Desde el principio había notado algo especial en la relación que habían establecido. No era atracción, ni amor. Era algo diferente. Podían estarse horas hablando de cualquier cosa y nunca se habían enfadado aunque tuvieran puntos de vista opuestos en algunos aspectos. Eran amigos y confidentes y se reían mucho juntos. 
Por eso se atrevió a pedirle que se vieran aquel día. Porque deseaba compartir con él su tiempo en una situación más cercana.
Mientras pensaba en ello se dió cuenta que había llegado a su parada así que toco el botón de solicitud de parada y cuando el autobús se detuvo, se apeó.
Miró a su alrededor pues se había quedado un poco desorientada tras salir de esa ensoñación que se siente cuando estás evadido en tu propio pensamiento.
Se dirigió hacia el bloque de pisos donde vivía. No estaba lejos de la parada por lo que no tardó mucho en llegar. Rebuscó en su bolso las llaves del portal algo tensa porque no había mucha luz en la zona y le daba un poco de miedo estar sola en la calle a esas horas.
Encontró la llave y abrió el portal. Cuando se dispuso a entrar escuchó un ruido tras ella. Su corazón empezó a palpitar rápidamente y sus sentidos se pusieron alertas. Miró a su alrededor pero no consiguió ver de donde provenía el ruido en cuestión así que rápidamente cerró la puerta del portal y subió corriendo las escaleras hasta el ascensor. El corazón continuaba bombeando rápidamente y su respiración se hizo entrecortada. Estaba muy asustada y le costaba concentrarse en lo que estaba haciendo.
Tocó el botón del ascensor y mientras bajaba, no paró de mirar continuamente hacia la puerta.
Solo cuando llegó el ascensor y se metió dentro cerrando la puerta, no pudo tranquilizarse. Se apoyó en la pared del ascensor, empezó a respirar más profundamente y a tranquilizarse. Las pulsaciones se le normalizaron mientras pensaba que seguramente había sido un gato callejero.
Para cuando el ascensor llegó a su piso ya se había repuesto del susto. Su pensamiento había vuelto a esa tarde antes de este último suceso y una sonrisa adornó su rostro."

Bueno...seguimos con la historia de África y Dani. espero andiosa vuestros comentarios!!!

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